¿Es sano estimular tu nervio vago para calmarte? Uno de los temas de moda recientes en el ámbito del bienestar en redes sociales ha sido el nervio vago.
Hay quien afirma que estimular este nervio puede reducir ansiedad, depresión, dolores de cabeza, hombros y otros problemas. Es fácil encontrar videos donde te explican técnicas que te invitan a replicar.
¿Qué tanto de esta información que circula en la red tiene evidencia científica? ¿Es seguro realizar esas maniobras?
Hola, soy Cinthia Reyes y en este canal exploramos evidencia científica que nos permita responder preguntas cotidianas relacionadas con nuestra salud y bienestar. ¡Suscríbete!
Empecemos por explicar…
¿Qué es el nervio vago?
La palabra «vago» significa «errante» en latín. Se le llamó así a este nervio porque se le encontraba en muchas partes… También se le llama nervio neumogástrico. Es un nervio extremadamente largo que va desde el tronco encefálico hasta el colon y tiene una larga lista de funciones. Tiene dos ramas asimétricas, una que corre por el lado derecho de nuestro cuerpo y otra por el lado izquierdo, de hecho un lado es más largo que el otro porque hace más rodeos… y aunque son dos ramas de nervios, se les llama como una sola cosa: nervio vago.
Está involucrado en funciones corporales como la digestión, regulación de la frecuencia cardíaca, la respiración, la actividad cardiovascular.
Sus funciones sensoriales se clasifican en dos tipos:
Somáticas, que son las sensaciones que se perciben en piel y músculos.
y viscerales, que son las sensaciones que se perciben EN órganos internos del cuerpo.
Ejemplos de sensaciones somáticas que transmite son dolor, tacto y temperatura de garganta, oídos interno y externo. Incluso tiene un papel menor en la sensación del gusto cerca de la raíz de la lengua.
Las sensaciones viscerales que comunica incluyen a órganos como laringe, esófago, pulmones, tráquea, corazón y la mayor parte del tracto digestivo. De hecho, esa famosa sensación de mariposas en el estómago o ese hueco que sientes cuando tienes una impresión fuerte… se transmiten por este nervio.
Además, puede detectar cambios en la presión arterial, y los quimiorreceptores de la aorta, que detectan los niveles de oxígeno en la sangre.
También tiene funciones motoras…
Puede estimular los músculos de la faringe, la laringe y el paladar blando, que es la zona carnosa cerca de la parte posterior del paladar. También estimula un músculo de la lengua, por lo que sí está involucrado en el control del habla y la deglución.
Puede estimular los músculos del corazón y las contracciones involuntarias en el tracto digestivo, incluyendo el esófago, el estómago y la mayor parte de los intestinos, que permiten el movimiento de los alimentos a través del tracto.
Ahora, tengo que darte un poco de contexto. Nuestro cuerpo funciona con algo llamado sistema nervioso autónomo… es la parte de nuestro cableado interno que controla funciones vitales sin que debamos estar al pendiente de ellas, cosas como respirar, que el corazón lata, digerir, sudar… suceden aunque estés dormido. Este sistema tiene también, dos ramas: el sistema simpático y el parasimpático.
El sistema simpático prepara al cuerpo para situaciones de estrés o emergencia. Activa una respuesta que llaman de «lucha o huida»: Aumentar frecuencia cardíaca, liberar adrenalina, detener la digestión. Funciona como si fuera una especie de «acelerador» del cuerpo, promoviendo el gasto de energía y la preparación para la acción.
En este video, sobre el estrés crónico, platicamos sobre qué sucede cuando estas señales se activan constantemente y no logramos tranquilizarnos, qué efecto tiene eso en nuestra salud.
Por otro lado, el sistema parasimpático actúa como «freno»… manda señales para que nos tranquilicemos: disminuir frecuencia cardiaca, recuperarnos después de un esfuerzo, restaurar la digestión estimulando el tubo digestivo para procesar los alimentos y eliminar los residuos. Su función es conservar y restaurar la energía. Este sistema es fundamental para mantener las funciones corporales en condiciones normales y de descanso.
Te cuento esto porque el principal nervio parasimpático del cuerpo es el nervio vago, se estima que alrededor del 75% de las fibras del sistema nervioso parasimpático se encuentran a lo largo de este nervio. De ahí que su estimulación en distintas partes del cuerpo: cuello, tórax, abdomen, pueda bajar nuestro ritmo cardiaco.
Podríamos decir que el nervio vago recopila información de varios órganos y le dice al cerebro: todo está bien, a lo que el cerebro responde: perfecto, ayuda a relajar y digerir.
Este nervio también está involucrado en algunos problemas de salud y desórdenes.
El síncope vasovagal ocurre cuando el tramo del nervio vago cercano al corazón se pone en modo dramático, o para ser más precisos, se sobreestimula, provocando una caída de la presión arterial y desmayos.
La gastroparesia ocurre cuando un nervio vago dañado impide que los músculos del intestino expulsen los alimentos del estómago.
Si este nervio se daña, puede afectar la frecuencia cardíaca o causar problemas para hablar o tragar. Y para ser muy claros, si este nervio tuviera un daño físico, las estrategias de estimulación que típicamente encontramos en videos de redes sociales NO van a resolver el problema, hay que ir al médico.
¿Hay evidencia de la utilidad de estimular el nervio vago?
Hay dispositivos que se implantan quirúrgicamente dentro del cuerpo de personas con algunos problemas médicos, que mandan impulsos eléctricos al tronco encefálico a través del nervio vago izquierdo.
Algo así como si fuera un marcapasos… pero para tu cerebro.
La FDA de los Estados Unidos, comenzó aprobando este tipo de dispositivos en la década de los noventas. Actualmente se utilizan en tres condiciones específicas:
- Algunos casos de epilepsia, como apoyo al tratamiento farmacológico con reducción de hasta el 50 % de los ataques
- Depresión mayor en adultos que no responden a tratamientos farmacológicos
- Como apoyo en rehabilitación para personas con pérdida de la función del brazo y mano posterior a un accidente cerebrovascular.
Como estos dispositivos estimulan eléctricamente, y en la rama derecha del nervio vago hay un punto donde se toca un nódulo del corazón que se conoce como su marcapasos natural… para no meterse en problemas cardiacos, el estimulador usualmente se implanta del otro lado, en la rama izquierda del nervio vago.
Se ha explorado el uso de estos dispositivos también en casos de personas con obesidad, desorden bipolar y Alzheimer, pero todavía hace falta más investigación.
Debo agregar que estos dispositivos no se recomiendan para mujeres embarazadas, individuos con trastornos pulmonares, úlceras pépticas, diabetes insulinodependiente, arritmias u otras anomalías cardiacas, así como problemas en el sistema nervioso autónomo.
Hasta aquí estoy hablando de dispositivos médicos que un equipo de profesionales implanta quirúrgicamente, programa y ajusta para funcionar a cierta frecuencia y por cierto tiempo.
¿Es posible estimular el nervio vago SIN un implante quirúrgico?
Sí, de hecho los médicos conocen algunas maniobras de estimulación del nervio vago que se han usado desde hace mucho tiempo por ejemplo en casos de frecuencia cardiaca acelerada, por encima de 100 latidos por minuto en reposo. También se utilizan para diagnosticar algunos tipos de arritmia.
Una de las técnicas, que quizás has visto en videos, implica tomar varias respiraciones profundas y luego sumergir la cara en hielo el mayor tiempo posible, o su variante, colocarse hielo o una toalla mojada en la cara.
Otra, consiste en respirar hondo estando acostado y luego ejercer presión para exhalar pero con la nariz y la boca cerradas, durante 10 a 30 segundos.
Estas estrategias pueden ser útiles para resolver la taquicardia en un 20 a 40 % de las veces y puede ser que tu médico te enseñe a hacerlas si lo considera necesario. Algunas de estas técnicas conllevan ciertos riesgos, por ejemplo, sumergir la cara en hielo implica un ligero riesgo de ahogamiento.
NO se recomienda hacer este tipo de maniobras si tienes presión arterial baja, dolor en el pecho, dificultad para respirar, niveles bajos de oxígeno, o cierta incapacidad para que llegue suficiente sangre a tus órganos.
Algunas de estas estrategias que se usan para bajar la taquicardia pueden no ser útiles para todas las circunstancias. Idealmente, deberías discutir su uso con tu médico. Puede sonar totalmente inocuo ponernos a hacer lo que vemos en un video, pero por ejemplo hay una técnica de estimulación en la carótida a la que se asocia un riesgo de accidente cerebrovascular en aproximadamente 1 de cada 1000 casos… la probabilidad de este riesgo aumenta en personas con ciertas condiciones médicas.
Hay personas que tienen un ritmo cardíaco naturalmente más bajo que las personas promedio y podrían no ser los mejores candidatos para realizar este tipo de maniobras que buscan bajar el ritmo cardiaco.
Hay muchas otras cosas que hacemos que potencialmente también estimulan el nervio vago, con las cuales hay estudios más específicos de su eficacia para ciertas condiciones… por ejemplo:
En este video sobre mindfulness, discutimos estudios donde se analizaba su efectividad… también se asocian con estimulación del nervio vago realizar ejercicios de respiración profunda, yoga, masajes, e incluso algunos puntos de acupuntura…
Sí he llegado a leer por ejemplo, que con algunas técnicas de meditación hay que estar vigilantes de que el ritmo cardiaco no baje demasiado, pero al menos la percepción que tengo es que quienes tenemos un ritmo cardiaco naturalmente bajo aún así estamos razonablemente seguros meditando o haciendo ejercicios de respiración. Aunque claro… cada persona es distinta y si es tu caso, habla con tu médico.
La efectividad de cada una de esas estrategias es variable y además depende de tus objetivos.
¿Hay manera objetiva de saber si algún método de estos me está sirviendo?
Evidentemente, si por ejemplo te pusiste a hacer un ejercicio de respiración o de mindfulness porque buscabas tranquilizarte, deberías sentir un cambio… pero sí parece haber algo un poco más objetivo que podrías medir: la Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca (Heart Rate Variability, en inglés).
La variabilidad de la frecuencia cardíaca mide la variación en el tiempo entre latidos cardíacos consecutivos. Nuestro corazón no late como un metrónomo, tiene variaciones sutiles que responden a nuestras demandas fisiológicas.
Valores más altos de esta variable se interpretan como signo de un sistema nervioso autónomo sano y adaptable, mientras que un valor bajo puede ser un indicador de estrés, fatiga o enfermedad.
Se interpreta que este parámetro nos da una idea del balance entre el sistema simpático y parasimpático, entre otras cosas.
Entonces idealmente, si puedes medir este parámetro, luego realizar alguna técnica de relajación y volver a medir el parámetro, esperaríamos ver algún cambio.
Hay algunos gadgets y aplicaciones de celular que te permiten medirlo y llevar un seguimiento…
Como este parámetro se basa en medir tu ritmo cardiaco, en principio entre mejor sea el sensor que uses, más precisión. Hay aparatos como los que usamos algunos para hacer deporte y monitorear nuestro ritmo cardiaco que van pegados a la piel. Hasta donde sé, esos se consideran, dentro de lo comercial, los más precisos… los relojes no lo son tanto pero igual pueden servir para tener una noción… y algunas aplicaciones de celular usan la cámara, te piden poner el dedo en el lente y estiman tu ritmo cardiaco por los cambios en la luz que miden.
Estoy contemplando que el próximo video exclusivo, de los que publico para quienes donan al canal nivel “asistente de laboratorio” y superiores, se enfoque en hacer pruebas con algunas de estas apps.
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Por otro lado, además de los dispositivos que se implantan quirúrgicamente, los hay externos, que se quitan y se ponen, que también pueden estimular este nervio.
Cabe aclarar que precisamente por tener una incidencia externa, a través de la piel y músculos, pueden ser menos precisos.
Les llaman estimuladores del nervio vago no invasivos o transcutáneos. Hay estudios diversos en los que comparan la utilidad de este tipo de equipo contra técnicas de relajación o técnicas cognitivo conductuales. Hay estudios en los que se evalúa si el uso de estos dispositivos puede ayudar con el insomnio…y en general, parecen ser efectivos… menos efectivos que los implantes quirúrgicos, pero más efectivos que no usar nada o las técnicas de relajación contra las que se les comparaba.
Te muestro un par de ejemplos. En este estudio pequeño se trabajó con una población geriátrica que sufría de ansiedad e insomnio.
El grupo intervenido utilizó un dispositivo en su oreja izquierda, tres veces por semana, 30 minutos por sesión con un patrón de estimulación de 30 segundos a 25 Hz, con 1 miliampere seguidos de 5 minutos de descanso.
El otro grupo usó la técnica de relajación de Jacobson por 20 minutos. Esta estrategia consiste en tensar grupos musculares por 5 a 10 segundos y luego relajarlos.
Después de 4 semanas de la intervención, el grupo intervenido había mejorado significativamente tanto en reducción de ansiedad como insomnio con respecto al grupo que hizo técnicas de relajación.
En este otro estudio se probó estimulación auricular del nervio vago con acupuntura, y se comparó con una técnica terapéutica de escritura con grupos de estudiantes ansiosos previos a un examen, encontrando que la estimulación del nervio vago sí tuvo un efecto medible.
Algunos de estos dispositivos han permitido identificar efectos secundarios menores como dolor de cuello, mareos y algunas sensaciones desagradables, pero como estos equipos tienen pocos años en el mercado aún no se conoce con certeza si hay efectos secundarios a largo plazo.
Considera también que en varios de los estudios que leí se evaluaba la efectividad de estos dispositivos después de un uso regular de quizás 4 semanas. Así que si tienes curiosidad por buscar este tipo de cosas para ti debes tener cierta paciencia. Es importante buscar que preferentemente estén certificados por organismos como la FDA y el Reglamento Europeo de Dispositivos Médicos.
Y lo repito otra vez, revisa con tu médico si su uso no está contraindicado en tu caso.
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Referencias:
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