Las estufas de gas pueden contaminar la atmósfera incluso cuando están apagadas.
¡¿QUÉ?! Eso han informado investigadores y organismos como la Junta de Recursos del Aire de California. Por otro lado, un estudio realizado en 2022 estima que 12.7% de los casos actuales de asma infantil en Estados Unidos PODRÍAN ser atribuibles al uso de estufas de gas. ¿De qué se trata todo esto?
Quería saber qué tan peligrosas son las estufas de combustión, porque muchos de nosotros, yo incluída, tenemos una en casa. ¿Cómo afectan nuestra salud? ¿qué implica tener una en términos medioambientales? y… ¿hay algo que podamos hacer al respecto?
En este video no voy a hablar de eficiencia en términos de tiempo, marcas o temas específicos relacionados con la cocción, aunque recuerda que sí tengo videos en los que analizo el tema de los materiales de las ollas para cocinar…
Hoy me voy a enfocar en el asunto de qué contaminantes libera una estufa de gas y sus impactos.
Hay tres maneras en que una estufa puede contaminar, la primera es obvia: enciendes la estufa y quemas gas. Al hacer esto pueden emitirse cantidades variables de dióxido de carbono, monóxido de carbono, metano, formaldehído y partículas suspendidas.
Específicamente sobre las partículas suspendidas, en videos previos te platiqué que son peligrosas para la salud y por este contaminante es que en algunos países asiáticos se recomienda uso de mascarillas tipo N95 desde antes de la pandemia. Décadas de investigación han mostrado que afectan negativamente a nuestros sistemas respiratorio y cardiovascular.
Pero eso no es todo… la combustión además del humo, libera calor… vaya, en realidad si prendemos la estufa no es porque queramos humo, queremos el calor para cocinar algo… pero no todo el calor se usa en la cocción, hay mucho calor que se libera al aire y facilita que el oxígeno y el nitrógeno se unan creando óxido nítrico (NO) y dióxido de nitrógeno (NO2): ambos gases son considerados tóxicos e irritantes para los pulmones, además de que pueden agravar condiciones preexistentes…
En este estudio realizado por investigadores medioambientales de Stanford se analizó la cantidad de óxidos de nitrógeno producidos por 57 estufas, no todas juntas… cada una en su propia casa.
Encontraron que, en cuestión de MINUTOS, las familias que no utilizan las campanas extractoras, con cocinas pequeñas y mal ventiladas… pueden superar momentáneamente el límite de exposición al aire libre al dióxido de nitrógeno establecido por la EPA en Estados Unidos.
Cabe destacar que en el 2021, la Organización Mundial de la Salud, recomendó no exceder en exteriores 13 partes por billón en el transcurso de 24 horas, lo cual… claramente también se excedía en las cocinas que se mencionan en el artículo.
Eso quiere decir que en general, aún estando parado en una calle con tráfico, en los Estados Unidos, probablemente haya una menor concentración de dióxido de nitrógeno que en alguna de las casas del estudio.
Desafortunadamente, aunque una estufa pueda elevar los contaminantes peligrosamente en solo unos minutos mucho más de lo que se tolera junto al tráfico, no hay un límite legal para ello… si te da un poco de tranquilidad, la NIOSH sí tiene un límite definido para interiores, pero situaciones laborales en interiores, pero son límites que atentan contra la vida a corto plazo… y bueno, ni las estufas del estudio llegaron a tanto.
Hay un par de estudios que han sido muy usados para reforzar la idea de que los niños que viven en un hogar donde se cocina con estufa tienen mayor riesgo de padecer asma…
Este análisis sugiere que los niños que viven en un hogar donde se cocina con estufa de gas tienen un 42% más de riesgo de padecer asma y un 24% más de riesgo de padecer asma DE POR VIDA. Los porcentajes son altos, pero este es un estudio observacional. O sea, que eso dicen tal cual los datos obtenidos pero es difícil decir hasta qué punto esa probabilidad se puede asumir en otros contextos.
El estudio más reciente, dice que POTENCIALMENTE, 12.7% de niños que hoy tienen asma pudieron haberlo evitado si en su casa no hubiera una estufa de gas. Muestran cómo correlaciona la prevalencia de las estufas con los casos de niños asmáticos, siendo claros: estamos hablando de una relación “en papel”, CREO que no hay manera de probar que tienen razón.
Como supongo es de esperarse, la Asociación Americana del Gas y otras personas han intentado refutar estos artículos, el que la estufa de gas pueda o no vincularse con el asma parece ser uno de los puntos más álgidos en el debate.
Ahora, si eso no te sorprendió lo suficiente… resulta que la segunda manera en que la estufa puede contaminar de acuerdo al estudio de Stanford, es por la cantidad de gas no quemado que deja escapar estando apagada. Aparentemente, más de tres cuartas partes del metano que se escapa de una estufa lo hace cuando no está en uso, muy probablemente a través de accesorios de tubería con un sello inadecuado.
El metano no es tóxico para nosotros, aquí ese no es el problema… desafortunadamente, hablamos de un potente gas de efecto invernadero. Recordemos que estos gases evitan que el calor escape del planeta.
Otros autores estiman que en los Estados Unidos habrá unos 40 millones de estas estufas. Con este dato, los investigadores de Standford estimaron que el efecto del metano liberado por las estufas sólo en Estados Unidos, equivale más o menos al dióxido de carbono que liberaría medio millón de automóviles de gasolina.
Se encontraron trazas de 21 sustancias químicas consideradas peligrosas por la EPA, entre ellas benceno y otros compuestos orgánicos volátiles. El benceno, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, produce alteraciones en la médula de los huesos y puede producir una disminución del número de glóbulos rojos, lo que puede conducir a la anemia. También puede producir hemorragias y puede afectar al sistema inmunitario, aumentando la probabilidad de contraer infecciones. Y para acabar de darle forma a la historia de horror, se considera cancerígeno.
Aclaro que las cantidades identificadas de estos compuestos son pequeñas, pero no sabemos qué efecto a largo plazo puede provocar la exposición constante a ellos en un entorno mal ventilado.
¿Hay algo que podamos hacer nosotros en este tema?
En primer lugar, podemos comenzar por ventilar mejor tu cocina y tu casa. Lo que no está sujeto a dudas es que las estufas de combustión, precisamente porque hacen una combustión… liberan gases y partículas suspendidas que no son saludables de respirar y nos convendría evitarlas. Considera que ni siquiera estamos discutiendo todavía el hecho de que algunos procesos de cocción de algunos alimentos también liberan algunas toxinas.
Algunas casas tienen una especie de chimenea que conecta la campana de la cocina al aire exterior pero en muchas casas esto no existe, si acaso tienen una “campana” con filtro que recircula el aire y en ocasiones ni siquiera la encendemos al cocinar…
La ventilación a exteriores es fundamental para disminuir la concentración de los derivados de la combustión… Un ventilador colocado en modo extracción en la cocina puede ayudar mucho… al menos para que los contaminantes no se conserven al alcance de tus pulmones.
El uso de filtros de aire tipo HEPA es útil para disminuir las partículas suspendidas.
En segundo lugar, hay personas que ya tienen alguna condición médica respiratoria o cardiovascular que pueden ser más sensibles a los efectos de estos contaminantes, así como niños y personas mayores… valdría la pena considerar hacer cambios o adecuaciones en casa para protegerles.
Por ejemplo puedes dejar de hervir agua en la estufa y usar un hervidor eléctrico… como los que se usan para hacer té. Puedes probar con una olla eléctrica de cocción lenta, una olla de presión, una freidora de aire, una arrocera, un horno tostador o un microondas. si quieres saber cómo funcionan algunos de estos equipos tengo videos al respecto y próximamente vendrá el de la estufa de inducción,
Por otro lado están los gases de efecto invernadero que se liberan tanto por la combustión como por las fugas que pueden tener los equipos e inclusive las tuberías de gas natural, así como las propias plantas productoras. Todo esto es preocupante por el tema del cambio climático. El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.
Hay estudios publicados desde el 2015 que dicen que si quisiéramos tener un 50% de probabilidad de no aumentar 2 °C la temperatura del planeta necesitaríamos dejar sin extraer desde el 2010 un tercio de las reservas globales de petróleo, la mitad de las de gas y más del 80% de las reservas carbón.
En muchas partes del mundo no deja de ser un problema que la electricidad se genera también por procesos de combustión contaminantes, eso significa que también nos toca poner el dedo en ese tema.
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