Hablando sobre riesgos de padecer cáncer en la piel… ¿Es peligroso poner las manos bajo los ultravioleta cada vez que vas a ponerte uñas de gel? Cuando vas a ponerte uñas de gel, estas lámparas ayudan a fijar o endurecer el gel y el esmalte en seco. Pero… ¿cómo sucede eso? Recordarás que en un video previo, el del teflón te contaba sobre la polimerización, que es un proceso que permite generar moléculas grandes como los plásticos.
Cuando vas a ponerte uñas de gel tiene que ocurrir delante de ti una reacción de polimerización, sólo que en este caso el agente que inicia la reacción en cadena es la luz ultravioleta. El proceso inicia con muchas moléculas pequeñas que se van a pegar unas con otras para formar una gran cadena. El tipo de molécula pequeña que se utiliza en este caso es algún tipo de acrilato, algo parecido a esto que te muestro en pantalla.
Cuando la luz ultravioleta llega a estas moléculas con su alta energía, rompe este doble enlace, de manera que los electrones que lo formaban ahora están libres y pueden unirse con otra molécula del tipo y otra, y otra, y otra… y así formar una larga cadena o polímero. Las lámparas de luz ultravioleta que se utilizan en este proceso, según refieren en este artículo, emiten principalmente luz ultravioleta del tipo A que, tal como te expliqué en este vídeo, sabemos que pueden causar cáncer de piel y envejecerla prematuramente.
Estos rayos ultravioleta penetran profundamente en la piel, dañan el colágeno, que es el componente básico de nuestra piel, y la elastina, que ayuda a mantener este aspecto joven. Si pudiéramos hacer que absolutamente toda la luz ultravioleta incidiera sólo en la uñita que se quiere polimerizar, es posible que no existieran ningún riesgo, pero en el proceso hay que meter parte de la mano y no nada más la uña.
¿Esto es peligroso? Por un lado, en esta revisión de literatura en que se analiza la incidencia del cáncer de piel en las manos y uñas de adultos jóvenes (de menos de 40 años) no se encontró que existe riesgo cancerígeno inherente a las manicuras de gel ultravioleta, al menos en personas sanas en condiciones normales. Esto es esperanzador, pero de todos modos te diría que no te confíes demasiado, porque la potencia de la luz que emiten las lámparas puede variar mucho.
Eso precisamente es lo que encontró el primer estudio que te mostré, realizado por un grupo de investigadores de la Georgia Regents University, quienes probaron 17 unidades de luz de 16 salones de belleza. Ellos encontraron que los salones utilizaban una amplia gama de focos de distinta potencia que emitían cantidades muy diversas de luz ultravioleta. Evidentemente, las lámparas ultravioleta de mayor potencia emiten más radiación.
El punto entonces, es que el proceso de las uñas de gel sea una exposición breve y que la frecuencia con la que vas a ponerte las uñas no sea demasiado alta. Para que te des una idea… en este artículo se identificó que la exposición por diez minutos a la luz de un par de lámparas era cercana a la exposición máxima de ultravioleta recomendada en un día para trabajadores al aire libre.
Algo que es importante que tomes en cuenta es que todavía no parece existir ninguna norma sobre el tiempo que deben permanecer las manos bajo estas lámparas. Los dispositivos no están regulados y cada esmalte en gel patentado tiene su propia lámpara y su propio tiempo recomendado de curado. Además, el lugar al que acostumbres ir puede o no seguir las instrucciones del fabricante.
No hay nada que evite que le pongan más tiempo del recomendado para asegurarse de que el material sí se endurezca. Hay artículos que nos hablan de casos de pacientes específicos que desarrollaron cáncer de piel de tipo no melanoma en el dorso y dedos de sus manos, donde sus visitas regulares al salón de uñas son posiblemente las causantes. Aunque es un poco difícil demostrar que esto exactamente es lo que les haya provocado este mal.
En cuanto al melanoma de las uñas, se ha pensado que la exposición a los rayos ultravioleta no es un factor de riesgo importante, ya que la matriz de las uñas está debajo de la piel. Pero un estudio de 2017 descubrió que algunos melanomas de uñas contenían mutaciones justamente como las esperables derivadas de luz ultravioleta. Los casos documentados, como los que te menciono, no parecen ser numerosos, pero considera que esto de las uñas de gel es relativamente nuevo y quizás deban pasar algunos años adicionales para que tengamos una imagen más definitiva del panorama.
En cualquier caso, si hay cosas que puedes hacer para disminuir tu riesgo personal. La FDA indica que hay personas que se vuelven más sensibles a los rayos ultravioleta al tomar ciertos medicamentos. Algunos antibióticos, anticonceptivos orales, estrógenos, entre otros. Igualmente, la FDA recomienda evitar antes de estos tratamientos, ponerte en las manos casi cualquier sustancia que no sea protector solar.
El protector solar está bien y está recomendado que lo utilices justo antes de meter la mano en una lámpara ultravioleta para que te proteja la piel, mientras que otras sustancias potencialmente podrían volverte más sensible a esta luz y sus efectos. A las personas que padecen trastorno de fotosensibilidad como lupus eritematoso, erupción lumìnica polimorfa, urticaria solar idiopática, por nombrar algunos, se les aconseja no aventurarse a exponerse a la luz solar natural sin una protección adecuada y de igual manera se les aconseja tener cuidado con el uso de las lámparas ultravioleta para las uñas.
La Academia Americana de Dermatología coincide con la FDA al recomendar la aplicación de protector solar de amplio espectro con un FPS de 30 o superior, por supuesto, en las manos… antes de hacerse la manicura de gel. También es posible que compres guantes con protección ultravioleta que están especificamente diseñados para la manicura y tienen las puntas de los dedos descubiertas.
Alternativamente, si te interesa protegerte, puedes comprar guantes u otra tela que tenga protector UV y cortarle la zona de las uñas.
Finalmente, más allá del aspecto estético por el cual las personas se ponen uñas de gel, quizá sea importante que sepas que estos finos escudos de queratina albergan una amplia colección de bacterias. En un estudio realizado en 1988, un trío de investigadores del Departamento de Dermatología de la Universidad de Pennsylvania tomó muestras de las manos de 26 voluntarios adultos, todos ellos empleados de la Facultad de Medicina de la Universidad.
Estos investigadores descubrieron que el espacio debajo de las uñas, también llamado región subungueal era un lugar importante para albergar bacterias. Otras partes de las manos albergaban cientos o miles de bacterias, mientras que en esta zonas subungueales se encontraban en cientos de miles de bacterias por yemas de dedo. Se trataba del mismo tipo de bacterias que el resto de la mano, pero en mucha mayor cantidad.
Estos investigadores pensaron que esto podría deberse a que el espacio entre la piel y la uña crea un entorno perfecto para el crecimiento y proliferación de las bacterias, gracias tanto a la protección física que evidentemente proporciona la uña como la humedad que tiene en la zona. En 1989, otro grupo de investigadores quiso comprobar si 56 enfermeras con uñas artificiales, que suelen ser más largas que las naturales y casi siempre están cubiertas de esmalte… tenían más bacterias en las yemas de los dedos que otras 56 enfermeras con uñas naturales. También querían comprobar si el lavado de manos era más o menos eficaz en el caso de las enfermeras con uñas artificiales. Descubrieron que las enfermeras con uñas artificiales tenían más bacterias en las yemas de los dedos que las que tenían uñas naturales, tanto antes como después de lavarse las manos.
Estudios similares llevados a cabo en el 2000 y 2002 llegaron a conclusiones semejantes, por lo que en general puede ser una mejor idea tener uñas cortas y poner especial atención a esa región de tus dedos durante el lavado de manos.
Referencias
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