El consumo de leche de vaca es un tema muy debatido en el mundo de la nutrición, ambiental e inclusive desde el punto de vista humanitario. Pero específicamente hablando de si es saludable o perjudicial para ti que la bebes, quiero contarte tanto algunos datos positivos como negativos, incluyendo si existe o no, una posible relación con al menos tipo de cáncer.
- Rica en nutrientes
Dado que la leche está diseñada para nutrir completamente a animales recién nacidos es muy rica en nutrientes.
Un vaso de leche entera de unos 244 gramos de leche contiene unos
8 gramos de Proteínas; 8 gramos de Grasa, y estos porcentajes nada despreciables de la ingesta diaria recomendada de calcio, vitamina D, B2, potasio, fósforo y selenio. Además es fuente de vitamina A, zinc, magnesio, B1, diversos ácidos grasos como el el ácido linoleico conjugado y omega-3, que se relacionan con beneficios diversos a la salud. Cabe señalar que la composición de la leche sí puede variar dependiendo de la alimentación de la vaca.
Calcio: 28% de la CDR
Vitamina D: 24% de la CDR
Riboflavina (B2): 26% de la CDR
Vitamina B12: 18% de la CDR
Potasio 10% de la la CDR
Fósforo: 22% de la la CDR
Selenio: 13% de la CDR
- Alto contenido de proteína
En la leche se encuentran los 9 aminoácidos esenciales que necesita nuestro cuerpo. Esos 8 gramos de proteína son principalmente caseína, como ya mencionamos en el video sobre si el queso es adictivo. Además de la caseína, la leche incluye proteína de suero. Ambas se consideran proteínas de alta calidad.
Quizás esta última te suena porque desde hace años, mucha gente que busca crecer sus músculos, consume como suplemento este tipo de proteína. Inclusive hay estudios pequeños que sugieren que el consumo de leche después de entrenar puede reducir el daño muscular, favorecer la reparación muscular y aumentar la fuerza.
- Beneficios en los huesos
Sí existen estudios que han identificado una relación entre el consumo de leche y productos lácteos con un menor riesgo de osteoporosis y fracturas, especialmente en mujeres mayores. Uno de ellos inclusive sugiere que la razón es que la dieta de la población estudiada no tiene una ingesta suficiente de calcio y los lácteos pueden ayudar a suplir esta deficiencia.
Aclaro que esto NO quiere decir que no haya maneras de consumir suficiente calcio en la dieta sin beber leche.
- Riesgos cardiovasculares
Aunque no se ha identificado específicamente que el consumo de lácteos aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sí hay un par de estudios grandes que en conjunto muestran datos interesantes sobre el “intercambio de grasas”.
Esto es, cuando se sustituye la ingesta de la grasa láctea por el mismo número de calorías procedentes de grasa vegetal o grasa poliinsaturada, el riesgo de enfermedad cardiovascular desciende un 10% y un 24%, respectivamente.
Además, sustituir el mismo número de calorías de grasa láctea por carbohidratos saludables procedentes de cereales integrales se asoció a un riesgo de enfermedad cardiovascular un 28% menor.
Puede ser que en tu caso particular convenga revisar con tu nutriólogo el cambio de ingesta de leche por alimentos vegetales o con fibra, de los que hemos platicado particularmente en otros videos.
- ¿Acné?
Hay evidencia que sugiere que la leche, particularmente la descremada, puede tener relación con el desarrollo del acné. Como en muchos otros casos, se requieren más estudios y el posible efecto de los lácteos en el acné puede variar de una persona a otra, y otros factores, como la dieta en general y la genética.
Pero si este es un tema con el que has estado batallando, quizás convenga traer a la mesa la discusión tanto con tu nutriólogo como con tu dermatólogo.
Recuerda que las referencias que leo para hacer estos videos las publico en un blog y el enlace está en la descripción del video.
- Factor de riesgo de cáncer
Este es un punto ampliamente debatido. Hay tanto estudios que sugieren que sí, el consumo de leche se asocia con un mayor riesgo de algunos tipos de cáncer como lo contrario.
Pero entre todo el mar de estudios existente alrededor de este tema, hay un tipo de cáncer donde a pesar de que existan resultados discrepantes, sí se parece haberse identificado que existe cierta relación que vale la pena analizar: el cáncer de próstata.
Uno de los estudios más recientes y grandes es éste… aquí se evaluó la ingesta dietética de más de 28.000 hombres norteamericanos con una amplia gama de exposición a los lácteos y al calcio, todos ellos inicialmente libres de cáncer. La ingesta dietética se calculó a partir de cuestionarios de frecuencia de alimentos. Se averiguó datos demográficos, antecedentes familiares de cáncer de próstata, actividad física, consumo de alcohol, pruebas de detección del cáncer de próstata e índice muscular.
Se hizo un seguimiento a estas personas a lo largo de un promedio de casi 8 años después de lo cual se tenía conocimiento de 1.254 nuevos casos de cáncer de próstata entre los participantes.
Los resultados del estudio sugieren que los hombres que consumían unos 430 gramos de lácteos al día (que es algo así como 1 taza y ¾ de leche) tenían un riesgo un 25% mayor de cáncer de próstata en comparación con los hombres que sólo consumían 20,2 gramos de lácteos al día (que es como 1/2 taza de leche a la semana).
Uno de los autores del estudio comentó en entrevista que es posible que este riesgo se deba a que hasta el 75% de las vacas lecheras están embarazadas y esto significa que su leche va cargada de hormonas. El cáncer de próstata es un cáncer hormono-dependiente.
Además, informes anteriores han asociado la ingesta de lácteos y otras proteínas animales con niveles sanguíneos más altos de una hormona, el factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1), que se cree que favorece ciertos tipos de cáncer, incluido el de próstata.
En esta revisión de literatura, se concluye que a pesar de que hay indicios un tanto inconsistentes respecto a si el consumo de lácteos aumenta el riesgo de cáncer de próstata, es posible identificar una relación entre ambas cosas y por lo tanto se debería disminuir el consumo de lácteos en la dieta masculina.
Esta otra revisión de literatura llega a conclusiones similares, acotando que aunque los resultados no se consideran concluyentes, podría recomendarse a los pacientes que se pueden considerar en riesgo de cáncer que reduzcan o eliminen su consumo de leche o productos derivados, particularmente aquellos con mayor contenido de grasa.
Este puede ser un tema que valga la pena que revises con tu médico que conozca tu historia clínica y familiar.
En otros tipos de cáncer, aunque existe sospecha, por ejemplo con el cáncer de mama… los estudios hasta ahora me parece no muestran un patrón claro.
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