¿COMER CHILE puede ayudarte a VIVIR MEJOR y MÁS años?

La idea de que el picante puede ser benéfico para la salud tiene tiempo y de hecho mencioné brevemente en otro video previo que se están estudiando sustancias específicas. Por ejemplo sabemos que al menos en cajas de petri, la capsaicina muestra características antibacterianas. 

Pero en este video platicaremos sobre la posibilidad de que comer picantes permita prolongar la vida.

Un estudio publicado en 2015 reveló que una dieta picante parece aumentar la esperanza de vida. Los investigadores utilizaron un conjunto de datos de cuatro años de cuestionarios detallados y mediciones físicas recogidos a partir de más de medio millón de ciudadanos chinos.

Identificaron que quienes decían comer mucho picante, tenían un riesgo de muerte un 14% menor que los que no comían picante.

Esto se debía sobre todo a una menor incidencia de cáncer, enfermedades cardíacas y respiratorias, como el asma.

El detalle aquí es que se trata de un estudio observacional. Esto significa que en lugar de diseñar un experimento en un contexto controlado, observamos lo que ocurre ahí fuera… y como sólo estamos observando, hay variables que no podemos controlar, por lo tanto… es difícil decir que haya una clara relación causa-efecto… o si incluso hay una causalidad inversa.

Una causalidad inversa sería por ejemplo que las personas que ya están enfermas (y por lo tanto, tienen mayores riesgos de mortalidad), eviten comer chile… aunque no se pudo probar que eso explicara el fenómeno ya que el aparente beneficio se mantiene incluso después de excluir de los datos a la gente enferma.

Viendo los datos, alguien se preguntó si el asunto es que las personas que comen más comida picante beben más líquidos. ¿Qué beben en China? ¡Té verde! y según uno de nuestros videos previos, ¡beber té verde es bueno!

¿Se repetiría esto en un país sin que no sea aficionado al té verde?

Un estudio similar realizado con más de 16.000 adultos estadounidenses llegó a conclusiones semejantes utilizando seis años de información recopilada por la Encuesta Nacional de Salud y Examinación Nutricional III, aquí la mortalidad calculada era 13% menor en las personas que comían chiles en comparación con las que no lo hacían.

Este otro estudio realizado en Italia, identificó 23% menor mortalidad por todas las causas. 

Y este último es un estudio no tan grande como los primeros pero con la ventaja de que además de evaluar el chile, incluyó otras especias y una vez más encontró un riesgo menor de muerte prematura con la ingesta picante.

Y no sólo eso, quienes reportaron consumir además de chile, cúrcuma, parece que les iba todavía mejor.

Si consideramos los 4 estudios… hablamos de muchos, muchos datos de participantes de distintos niveles educativos, estilos de vida y orígenes étnicos, el asunto gana credibilidad.

Pero… que tener muchos datos no hace perfecto a un estudio. Hay muchas cosas que correlacionan en el mundo, sin que haya realmente relación de causa y efecto. Por ejemplo esta gráfica viejita donde pareciera que las fatalidades en highways en Estados Unidos correlacionan con la importación de limones mexicanos… viendo estos datos uno pensaría que hay que mandarles más limones para que no se accidenten, pero aunque los datos podrían hacer pensar eso, en el mundo real, no tiene mucho sentido.

Al final de cuentas, los datos analizados por los estudios no se crearon para estudiar los efectos del consumo de pimientos picantes tal cual.

Por ello es que ni siquiera sabemos cosas importantes como de qué tipo de alimentos consumidos estamos hablando ni podemos saber objetivamente qué tan picante era la comida consumida. Tampoco tenemos idea del nivel de consumo calórico diario de cada grupo de personas.

Así que este tema todavía no está cerrado y concluído… tanto así que uno de los autores del estudio con datos de Estados Unidos de 2017, dijo en esta entrevista para New York Times que para él, la evidencia no era lo suficientemente fuerte como para hacerle cambiar su dieta.

Y dicho sea de paso, tampoco es mi plan… yo pienso seguir siendo una mala mexicana que con baja tolerancia al picante.

Pero viendo esos datos, surgen otras preguntas. ¿Es posible que haya buenas razones detrás de esos números?

Hipótesis hormonal

Como platicamos en el video de los 3 tipos de picantes, la capsaicina del chile activa receptores sensoriales que se detectan como alta temperatura, pero la activación de estos receptores también parece provocar la liberación de una hormona: la adiponectina.

Esta hormona está involucrada en la regulación del nivel de azúcar en sangre. Se asocia tanto con obesidad como con diabetes. Esto es, pacientes con obesidad parecen liberar menores niveles de esta hormona.

También parece estar relacionada con la prevención de la resistencia a la insulina… la relación entre eso y la diabetes tipo 2 la platicamos en este otro video: (tres alimentos que ayudan a regular la glucosa en sangre)

Hipótesis anticáncer

Hay indicios de que la capsaicina podría tener efectos contra el cáncer.

El tratamiento de las células cancerosas con capsaicina parece inhibir su crecimiento y promover la muerte celular programada, pero hay que aclarar que me parece que estos análisis se han realizado en cajitas de petri.

Los estudios que se han hecho en seres vivos hasta ahora, parece que han utilizado principalmente ratones y aunque sí sugieren que incluso podría ayudar a prevenir la angiogénesis, es decir, el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que hace crecer los tumores. No sabemos si eso funciona igual en humanos.

De hecho en este mismo tema hay cierto debate porque hay aplicaciones tópicas para ayudara reducir el dolor basadas en la capsaicina y se ha sugerido que si la piel donde se aplicó esto se expone a otros agentes carcinogénicos como la luz solar, de hecho podría aumentar el riesgo de cáncer.

Hipótesis del sodio

¿Será que funcionalmente el chile termina siendo un sustituto de la sal?

Como platicamos en el video sobre dónde está el sodio que necesitas dejar de consumir… el consumo excesivo de este elemento es un factor de riesgo dietético serio. 

Pues resulta que el picante puede aumentar la sensibilidad al sabor de la sal, por lo que puedes tener la sensación de que la comida tiene más sal que la que realmente le agregaste.

De hecho se ha colocado gente en un escáner para ver cómo reacciona la parte del cerebro que se estimula o siente placer con los alimentos salados y como puedes ver en el gráfico, las barras más oscuras que son de sal + capsaicina, tienen una mayor lectura en todos los casos. Así que, aparentemente es posible utilizar los picantes para hackear tu cerebro en beneficio de tu salud.

Además se ha registrado que entre las personas con una mayor preferencia por el picante consumen menos sal y tienen mejor presión arterial.

Así que aunque hay datos e hipótesis que apoyan la idea de que las personas que dicen más picante viven más, no está totalmente claro por qué. Dicho lo anterior, comerte ese elote con crema y chile quizás no te lastime… excepto al día siguiente…

Referencias

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