Plasticidad cerebral extrema

Imagina que eres un pediatra y llega contigo un joven universitario con una migraña… entre los estudios que le mandas a hacer le pides un escáner cerebral y resulta que… ¡no tiene cerebro!

La historia con la que inicio fue publicada originalmente en 1980 en la revista Science.

Lo que te muestro en pantalla del lado izquierdo es un cerebro común y corriente mientras que la imagen de la derecha es lo que se llama “hidrocefalia”. Esto significa que en lugar de que haya masa cerebral ordinaria hay líquido cefalorraquídeo. Así es como se describe el estado del joven universitario que llegó a consulta por migraña con el pediatra John Lorber.

Pero el joven no sólo era funcional, su CI era de 126… el artículo original no aclara en qué escala se midió esto pero lo que sabemos es que todas las escalas de coeficiente intelectual definen el CI de la población promedio en 100 así que este joven era de los listillos a pesar de que se le describe como alguien sólo con una “telilla de células” de materia blanca con un grosor aproximado de 1 milímetro. Era un joven normal en temas sociales y por si fuera poco, se graduó con honores como matemático.

Un cerebro promedio pesa casi kilo y medio pero el de este joven estimaban que debería pesar entre 50 y 150 gramos….

Lorber, el pediatra sorprendido por este caso… se especializó en hidrocefalias después del hallazgo. Rastreó pacientes conocidos por espina bífida, ya que muchos de estos casos también sufren de hidrocefalia. Observó 600 casos de los cuales 60 tenían menos del 10% de cerebro. En este pequeño grupo, sí había personas con discapacidades evidentes pero la mitad, 30 de ellos, tenían un CI por encima del 100.

Hay niños que de pequeños tienen esta condición, hidrocefalia, y es posible que les crezca el volumen del cráneo pero también es posible drenar el fluido en exceso y liberar presión para que la cabeza regrese a su tamaño normal mediante cirugía. Si esto se realiza cuando el paciente es pequeño aún, antes de que los huesos del cráneo se fusionen, puede esperarse que tenga una vida relativamente normal.

Sin embargo, lo más sorprendente que observó Lorber es que la imagen del escáner de las 60 personas con menos del 10% del cerebro era indistinguible, sólo observando el escaneo, cuál correspondía a una persona con discapacidad o al de alguien con CI sobresaliente.

Y antes de que se vean tentados a explicar este tema con el famoso neuromito de “es que sólo usamos el 10% del cerebro” les recuerdo que en este otro video ya discutimos ese tema.

Lorber no es el único que ha reportado este tipo de casos, en Francia y Brasil también hay registros publicados del tipo.

El título de este video es: plasticidad cerebral extrema, así que permítanme introducir una definición aquí:

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad: es la habilidad del cerebro de cambiar y crecer en el tiempo como respuesta del ambiente. Los cambios pueden ocurrir de manera rápida o lenta, ser positivos o negativos.

Caso 2

Quiero platicarles otros casos extraordinarios de plasticidad cerebral, en los que hubo un antes y un después, es decir, a diferencia de las personas con hidrocefalia que así deben haberse desarrollado desde pequeños, los siguientes casos son personas que nacieron con un cerebro “normal” pero en algún momento sufrieron cambios importantes.

Caso 3

Esta imagen es de una niña de 7 años que tiene una vida normal después de la remoción del hemisferio derecho a la edad de 3 años para eliminar su encefalitis focal crónica. Tan sorprendente como la imagen es que la niña, con todo y que la cirugía removió su centro motoro y de control del lado izquierdo de su cuerpo, es bilingüe: habla turco y neerlandés y la única secuela que presenta es una ligera dificultad motora en brazo y pierna izquierdos.

Esta otra imagen muestra la remoción de la corteza occipital y gran parte del lóbulo temporal de un niño de 6 años 9 meses. Las regiones removidas son esenciales en la vista y habilidades de reconocimiento de objetos, caras y palabras. Después de la cirugía se hizo un seguimiento del caso por tres años.

Sorprendentemente y a pesar de la extensa cirugía, el niño logró mantener la habilidad de reconocer rostros e identificar objetos comunes. Estas funciones habían sido tomadas por el hemisferio izquierdo, según muestra el escáner de resonancia magnética. La única función que no pudo recuperarse fue la vista en la mitad izquierda de su campo visual, ya que se cree que estas funciones se fijan en el cerebro a una edad temprana.

También se le hizo seguimiento de su CI utilizando evaluaciones Weschler y aunque hay variantes entre sus resultados previos y posteriores a la cirugía, en términos generales su CI no cambió significativamente. Se evaluó con 116 puntos previos a la cirugía y 118 posteriores, lo que le ubica en un niño un poco más inteligente del promedio.

Hay mucho de este tema que todavía está en discusión… hasta qué punto se pueden recuperar funciones después de perder una parte del cerebro por un accidente siendo niño, joven o adulto.

Caso 4: Phineas Gage

Por ejemplo hay un caso súper famoso, un señor llamado Phineas Gage que vivió de 1823 a 1860 que a sus 25 años sufrió un accidente laboral que derivó en que derivó en que una varilla de hierro le atravesara el cráneo destruyendo una gran parte de su lóbulo frontal izquierdo. La imagen que te muestro son las rutas posibles que tomó esta varilla…

En esta época, la humanidad no tenía profundos conocimientos médicos aún. Básicamente toda la curación que se le hizo fue superficial. Sin embargo, a un mes del accidente, Phineas podía caminar y subir y bajar escaleras en su casa. Reconocía a la gente y podía hablar. Tenía pérdida de visión en el ojo izquierdo y ptosis que significa que se le “caía el párpado”.

Phineas Gage

No hay reportes de cambios en su memoria o capacidades mentales, pero sí hay reportes de que su personalidad era muy distinta después del accidente. En pocas palabras se volvió más grosero… aunque parece que esto se fue modulando con el tiempo. 

Caso 5: Salvador Cabañas

Guayaquil, viernes 28 de octubre del 2016 (Andes).-Salvador Cabañas, ex jugador paraguayo visita Guayaquil, entre otras actividades mantendrá una conferencia donde contará sus experiencias dentro y fuera de la cancha. En la gráfica junto a Luis Gómez, presidente de FEDENADOR y el jugador del Barcelona Máximo Banguera Foto:Andes/César Muñoz

Mucho más contemporáneo es el caso del futbolista Salvador Cabañas que al día de hoy vive con una bala en su cerebro. La visión de su ojo izquierdo se vio permanentemente reducida y sólo puede observar al frente. Sin embargo, gracias a casi 100 días de rehabilitación intensa ha recuperado el balance y movilidad. De hecho dos años después del evento volvió a jugar futbol, aunque él mismo reconoce que ya no puede tener el nivel físico que sus compañeros.

Finalmente, quiero agregar un par de notas interesantes respecto a la plasticidad cerebral:

De acuerdo a los resultados de un estudio del 2004, el cerebro de las personas que hablan varios idiomas desarrolla mayor densidad en su materia gris. Esto quiere decir que aunque no pasemos por eventos traumáticos hay cierta “plasticidad cerebral” que nosotros mismos podemos promover.

Por otro lado, sabemos que al envejecer se pierde conectividad funcional en algunas redes cerebrales. Sin embargo, hay estudios que indican que el ejercicio cardiovascular puede ayudar a evitar estas reducciones en sinaptogénesis, neurogénesis, angiogénesis, plasticidad sináptica, y finalmente en el aprendizaje y la memoria.

No podemos controlarlo todo, pero podemos poner nuestro granito de arena en beneficio de nuestros cerebros.

Referencias

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Lewin, R. (1980). Is your brain really necessary? Science, 210(4475), 1232-1234. doi:10.1126/science.7434023Liu, T. T., Nestor, A., Vida, M. D., Pyles, J. A., Patterson, C., Yang, Y., . . . Behrmann, M. (2018). Successful Reorganization of Category-Selective Visual Cortex following Occipito-temporal Lobectomy in Childhood. Cell Reports,24(5). doi:10.1016/j.celrep.2018.06.099

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Voss, M. W., Erickson, K. I., Prakash, R. S., Chaddock, L., Kim, J. S., Alves, H., … Kramer, A. F. (2013). Neurobiological markers of exercise-related brain plasticity in older adults. Brain, Behavior, and Immunity, 28, 90–99. doi:10.1016/j.bbi.2012.10.021 

Imágenes con licencia CC:

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Salvador Cabañas, By Agencia de Noticias ANDES – Flickr, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=64707509

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