Tu dosis de vitamina D podría ser perjudicial

¿La vitamina D aumenta longevidad y tu salud cardíaca? ¿Para lograr estos beneficios necesitamos la dosis de vitamina D que algunos influencers sugieren? 

¿Es posible que en realidad… esa dosis sea perjudicial?

En principio, recuerda que la ciencia se actualiza todo el tiempo… los análisis previos se vuelven a revisar a la luz de nueva información y es posible que las recomendaciones oficiales cambien. Así es exactamente como se supone que debe funcionar. 

Hoy vengo a contarte lo hemos aprendido respecto a la dosificación recomendada de vitamina D.

Hace casi 5 años, en este video yo dije que la recomendación de ingesta para la población general era entre 600 y 700 unidades internacionales. Pero quizás te has topado recientemente con algunos influencers que recomiendan dosificaciones bastante más altas … vamos a analizar qué ha pasado con los estudios existentes en esta área.

A principios del siglo XX se identificó que una enfermedad ósea común en los niños: el raquitismo, podía evitarse con suplementación de vitamina D.

Eventualmente aprendimos que además funciona como regulador de procesos inmunitarios, el crecimiento celular muscular y cómo procesamos la glucosa. Muchos de nuestros tejidos en el cuerpo reaccionan de alguna manera a la vitamina D. Al darnos cuenta de esto se comenzaron a hacer diversos estudios observacionales.

En este tipo de estudios, lo que se hace es precisamente “observar” indicadores de gente en el mundo real buscando correlaciones. El detalle es que hay cantidad de datos en el universo que correlacionan sin que haya una relación de causa y efecto. Por ejemplo, estas dos curvas de datos muestran una enorme correlación entre la cantidad de divorcios en Estados Unidos y el consumo de margarina… aunque estamos hablando de mera coincidencia y, que yo sepa, nada tiene que ver que la gente se divorcie con que coma margarina… pero bueno, se buscan correlaciones porque de algún lado hay que partir.

Cuando hay sospecha de que en algo observado sí tiene una relación de causa y efecto, lo ideal es hacer estudios aleatorios controlados, donde intencionalmente se hace una intervención con un grupo de personas y mientras otro grupo se toma de referencia a ver si la intervención cambió efectivamente algo.

Volviendo a la vitamina D, diversos estudios observacionales sugerían relación entre niveles bajos de vitamina D y cáncer, enfermedades infecciosas, autoinmunes, cardiacas y diabetes. 

De hecho, en este artículo de 2006 se reunía evidencia de diversos estudios previos y hasta estimaban que un amplio sector de la población tenía deficiencias importantes de vitamina D, tanto en Estados Unidos como en Europa.

Cabe recordar aquí que la vitamina D no sólo la podemos tener por suplementos… estrictamente hablando, la radiación UV tipo B a la que nos exponemos si nos asoleamos directamente (sin la protección de una ventana) permite que nuestra piel la sintetice… y poblaciones estadounidenses y europeas pueden tener menor exposición a ese tipo de radiación, especialmente en invierno, que las poblaciones que viven dentro de los trópicos.

Con la información que se tenía en 2011, las guías de la Sociedad Endocrina para práctica clínica consideraban que en análisis de laboratorio se podía saber cuando una persona tenía una deficiencia de vitamina D, si su concentración en sangre era menor de 20 nanogramos por mililitro e insuficiencia, que es deficiencia ligera si su concentración se encontraba entre 21 y 29 nanogramos por mililitro.

En esa misma publicación se definen las recomendaciones de suplementación:

  • Menores de 1 año: 400 unidades internacionales
  • Menores de 1 a 18 años y adultos hasta 70 años : 600 unidades internacionales
  • Adultos mayores de 70 años: 800 unidades internacionales.
  • Mujeres lactantes pueden requerir de 1500 a 2100 unidades internacionales diarias.
  • Para personas en condiciones de deficiencia se recomiendan concentraciones mucho mayores.

En realidad no estoy segura de dónde salió la idea que algunos influencers mencionan en sus videos… ya que hay quien recomienda hasta 10 000 unidades internacionales diarias… 

Sí hay artículos que sugieren que en periodos de enfermedad crítica y estrés agudo pudiera haber mayor requerimiento de esta vitamina… 

Sin embargo, 10,000 unidades internacionales está MUY por encima de los límites de ingesta diarios que se consideran seguros, al menos de acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud.

Pero bueno, como dije antes… mucha de la información antes de 2010 provenía de estudios observacionales… ¿sería posible que la deficiencia de vitamina D fuera consecuencia en lugar de causa? Por ejemplo, podría ser que las personas con problemas de salud crónicos, salgan menos a caminar a la calle y exponerse al Sol.

Es posible que haya grupos poblacionales que sí se beneficien de la suplementación como en su momento se comprobó con la disminución de raquitismo, pero ¿cómo sabemos si todos o quiénes necesitamos suplementación de vitamina D?

Volviendo a la vitamina D, para saber quiénes se benefician o no, de suplementación necesitamos estudios aleatorizados controlados como éste que involucró a casi 26 mil personas, a las cuales hizo seguimiento por más de 5 años en promedio. La mitad de los participantes recibiría suplementación de vitamina D, 2000 unidades internacionales de ingesta diaria y la otra mitad recibiría un placebo. Nadie sabía a qué grupo pertenecía y se les pidió que no tomaran suplementación adicional durante el periodo del estudio.

Los datos sugieren que aunque sí hubo menor mortalidad por cáncer en el grupo que recibió vitamina D, no hubo diferencia en la incidencia de esta enfermedad entre ambos grupos y tampoco hubo diferencia en eventos de tipo cardiovascular.

En este otro estudio, también del tipo controlado aleatorizado, se reclutó a más de 21 mil personas a quienes siguieron hasta por 5 años. Los resultados, igualmente, sugieren que no hubo diferencia en la incidencia de cáncer entre ambos grupos, quienes consumieron suplementación de vitamina D y quienes recibieron un placebo… aunque también coinciden en que es posible que la suplementación disminuya la mortalidad de esta enfermedad.

Este análisis de 56 estudios aleatorizados y controlados que incluyó a más de 95 mil personas encontró que había un descenso pequeño, del 3 %, pero estadísticamente significativo en la mortalidad por todas las causas en personas que recibían suplementación de vitamina D.

Aunque los autores también dejan algunas advertencias:

La vitamina D3, la que nos interesa, combinada con calcio aumentó la formación de piedras o cálculos en el riñón. 

Tanto el alfacalcidol como el calcitriol pueden aumentar la hipercalcemia, que es un exceso de calcio en la sangre y conlleva riesgos.

Este estudio regresó a analizar si específicamente en temas del corazón (o sea, cardiacos… no vayan a pensar que emocionales), la vitamina D podría ser útil para disminuir riesgos de salud.

Se incluyeron análisis de 21 estudios controlados, sumando más de 83 mil participantes quienes fueron seguidos alrededor de 8 años. Sus conclusiones son que NO, la suplementación con vitamina D no reduce riesgos al corazón.

Ante esta nueva evidencia… ¿qué ha cambiado?

Las guías de la Sociedad Endocrina para práctica clínica del 2024 se enfocaron en grupos más específicos de la población aunque en todos los casos aclaran que no hay claridad absoluta de qué dosificación se debería recomendar y se manifiesta como parámetro la dosificación que en algunas investigaciones se ha utilizado.

Para menores de edad, tomando como referencia la experiencia con el raquitismo y las investigaciones donde se analiza la posibilidad de que haya ventajas en la prevención de enfermedades respiratorias, se refiere una dosificación de 1500 unidades internacionales diarias.

Para mujeres embarazadas, se considera que la suplementación puede reducir el riesgo de preeclampsia, mortalidad intrauterina, parto prematuro, el nacimiento de bebés que no llegan al 10% del peso esperado para edad gestacional y mortalidad neonatal. La estimación de suplementación diaria que se hizo para investigaciones diversas está alrededor de las 3000 unidades internacionales.

Un tercer grupo mencionado son las personas en condición de pre-diabetes que se consideran en riesgo de desarrollar diabetes. Por cierto revisamos algunas investigaciones de estrategias no farmacológicas que se han estudiado para esos casos en este video.

Para ellos, es posible que la suplementación con vitamina D pueda apoyar el esfuerzo por ralentizar la progresión a diabetes. En investigaciones diversas, se utiliza una suplementación promedio de cerca de 3500 unidades internacionales.

Un cuarto grupo mencionado es el de los adultos de 75 años de edad y mayores. La razón detrás de esta recomendación es que al envejecer, nuestra piel y riñones pueden volverse menos eficientes en los procesos para producir y convertir esta hormona en su forma activa.

En los estudios realizados con esta población la suplementación probada fue entre 800 y 900 unidades internacionales.

Algo muy importante que cambió en esta guía con respecto a la postura previa es que YA NO se habla de rangos de insuficiencia o deficiencia de vitamina D en plasma… básicamente porque no tenemos certeza de cuánto necesitamos… y dado que no tenemos certeza de los rangos necesarios, tampoco se recomienda hacer estudios de laboratorio rutinarios para medir la concentración en sangre.

Esto por supuesto puede seguir cambiando a la luz de nueva evidencia pero algo que sí sabemos desde hace años, es que el exceso de suplementación de vitamina D puede ser dañino.

Y también hay estudios como éste donde con una suplementación “alta pero razonable” no se encontraron las ventajas que se esperarían.

Aquí se trabajó con 81 voluntarias postmenopáusicas que habían sido identificadas en los rangos anteriormente conocidos como insuficiencia de vitamina D y con exceso de hormona paratiroidea. El grupo control recibió un placebo y el grupo intervenido recibió suplementación de 2100 unidades internacionales de vitamina D diarias.

No sólo NO se identificó algún beneficio en función muscular, estabilidad postural, bienestar ni calidad de vida… de hecho, al comparar ambos grupos, se identificó un ligero deterioro en mediciones de fuerza en las extremidades, así como en el rendimiento físico. Así que quizás suplementar dosis altas de vitamina D en personas que se podría suponer anteriormente con insuficiencia, no es tan buena idea.

En este otro estudio se siguió por 3 años a los voluntarios para comparar el efecto en la densidad ósea de tres dosificaciones distintas: 400, 4000 o 10000 unidades internacionales de vitamina D mientras se aseguraba una ingesta mínima diaria de calcio.

Se encontró, que aparentemente a mayor dosificación, peores resultados.

Una dosificación tan alta como 10 mil unidades internacionales puede provocar hipercalcemia, que puede suceder porque se empieza a perder calcio en los huesos y empieza a circular en la sangre.

Finalmente, las nuevas guías de la Sociedad Endocrina para práctica clínica, han disminuido la potencial recomendación de ingesta diaria por suplementación en adultos menores de 70 años a 600 unidades internacionales y 800 unidades internacionales por encima de esa edad.

Más suplementación no siempre es mejor…

Recuerda siempre discutir con el profesional de la salud que sigue tu caso cualquier cambio de dieta y suplementación que pienses hacer.

Referencias

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