DEPRESIÓN y TRATAMIENTOS: Más allá del Desbalance de SEROTONINA

Recientemente se volvió famoso un artículo científico que ha hecho  cuestionar la utilidad de los medicamentos contra la depresión… Esta es una enfermedad que se estima afecta aproximadamente a 250 millones de personas en el mundo… y la realidad es que aún no la entendemos por completo. Afortunadamente eso no significa una ausencia de estrategias para tratarla.

En la actualidad, el diagnóstico estándar de la depresión se basa NO en análisis clínicos, físicos… sino en las respuestas que dé el paciente a una serie de preguntas, en función de las cuales el experto de salud determina si se cumplen o no los síntomas con los que se tipifica este problema.

No toda la gente vive la depresión exactamente de la misma manera… para algunas personas implica sentimientos de profundo dolor, ira, frustración y soledad que impiden a los pacientes seguir con su vida normal… otros lo que describen es algo más cercano a una ausencia de sentimientos o “entumecimiento” emocional… Es frecuente tener una pérdida de interés o placer en actividades que habitualmente se disfrutaban.

Además, suelen aparecer otros síntomas como sentimiento de inutilidad, dificultad para

dormir o dormir demasiado, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, o pensamientos … de… auto-morición.

La Dra. Helen Mayberg trata de describir a la depresión en una conferencia como esta agonía.. este dolor mental tan indescriptible… que puede provocar un rechazo de tu propia persona… un estado tan increíblemente cruel y retorcido en el que no sólo te sientes mal sino que realmente piensas que además, de alguna manera es tu culpa…

Es un estado negativo que invade cada parte de la vida cotidiana, cada acción, cada pensamiento para hacer cualquier cosa… y  quedas atrapado en ese bucle de indecisión y sintiendo como si no pudieras moverte en absoluto.

Una idea ampliamente difundida es que la depresión es una consecuencia de que en nuestro cerebro hay insuficiente serotonina pero, para empezar… como dije antes, el diagnóstico de esta enfermedad no se realiza con análisis clínicos o físicos y aunque sí hay propuestas experimentales para la medición de la serotonina, no es algo que se esté realizando de manera estándar.

¿Por qué serotonina?

Estamos hablando de un neurotransmisor, una sustancia química que las neuronas utilizan para comunicarse entre ellas. 

Cuando una neurona quiere mandar una señal a su vecina, libera en este espacio que existe entre ellas, llamado sinapsis, un neurotransmisor. Por ejemplo, hablando de la serotonina, ésta se une a los receptores en la neurona vecina y así se transmite la señal. Después, la neurona que emitió la señal, reabsorbe su serotonina.

Algunos de los fármacos actualmente utilizados contra la depresión son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, noradrenalina o dopamina. Estas son sustancias que reducen la cantidad de neurotransmisor que la neurona original reabsorbe, de manera que haya más cantidad disponible en las sinapsis.

La idea detrás del uso de estos medicamentos es que la serotonina está involucrada en la regulación del ánimo, el apetito y el sueño, y si hay más de este compuesto disponible en la sinapsis, la gente debería sentirse mejor.

Pero resulta que por un lado, el paciente necesita esperar quizás un par de semanas antes de sentir cambios a pesar de que físicamente la concentración de serotonina en la sinapsis debe modificarse relativamente pronto… y de hecho hay casos en los cuales, el medicamento simplemente no parece ayudar por más tiempo que se espere… en la literatura hay referencias que sugieren que estos medicamentos son más efectivos en pacientes con depresión más profunda.

Cabe aclarar aquí que sí hay cierto debate respecto a la efectividad de los medicamentos, pero ninguna fuente confiable o seria que yo haya leído recomienda que un paciente abandone su tratamiento sin revisar el tema con su médico… y por cierto, ésta última imagen es la del artículo que desató la controversia contra los antidepresivos.

Por otro lado, como habrás intuido cuando mencioné los tipos de medicamentos más usados, no solo tenemos serotonina como neurotransmisor, hay al menos otros 5 que desempeñan diversas funciones en el cerebro y otras partes del cuerpo: la oxitocina, la dopamina, el glutamato (sí, del que platicamos en este otro video), la norepinefrina o noradrenalina, es lo mismo, y el ácido gamma-aminobutírico o GABA, para los compas. Y el hecho es que en realidad todavía no entendemos por completo qué hacen o sus interacciones.

Es importante destacar que hay personas a quienes los efectos secundarios de los medicamentos les resultan relevantes y también hay literatura que documenta efectos de abstinencia, una vez que se retira el medicamento, que en algunos casos llegan a ser problemáticos aún en el largo plazo… 

Entre los efectos asociados con la abstinencia que se han descrito hay síntomas emocionales como ansiedad, irritabilidad, agitación, cambios de humor. 

Síntomas físicos como mareos, náuseas, dolor de cabeza, fatiga, síntomas gripales. Hay reportes de efecto rebote o aumento de peso.

No todos los medicamentos tienen el mismo índice de malestares, parece que por ejemplo la paroxetina es más problemática que otros.

También es posible que la depresión tenga un componente genético. 

Un estudio de 2018 que analizó todo el genoma, muestreó un enorme conjunto de genes en personas con y sin depresión encontrando 44 variantes que parecen estar asociadas con esta enfermedad. Algunos de estos genes se han asociado anteriormente con el crecimiento de las neuronas, otros se han asociado previamente con funciones del sistema inmunitario.

En cualquier caso, es improbable que sólo el componente genético derive en depresión… es posible que haya una interacción entre la genética, el entorno, las experiencias de vida. Por ejemplo, vivir con estrés crónico o en un entorno de explotación laboral o burnout,  quizás sean factores de riesgo de depresión… 

También hay estudios que correlacionan ciertas variantes de genes que parecen interactuar con acontecimientos estresantes importantes en la infancia y afectar a la tasa de depresión en la edad adulta.

Por otro lado, la estructura de nuestro cerebro también es importante. Así como lo mencionamos en el video del estrés crónico, se ha identificado que en pacientes con depresión, ciertas regiones del cerebro como la amígdala o el hipocampo y las conexiones entre ellas se alteran.

Hay estudios que sugieren que algunos antidepresivos pueden ayudar a restaurar el volumen original de algunas partes del cerebro… y quizás sea esa la razón por la cual los medicamentos toman tiempo en hacer efecto, porque el cerebro requiere tiempo para este proceso.

El cerebro es un órgano neuroquímico complejo… y una posibilidad de qué sucede cuando una persona sufre depresión mayor es que por la razón que sea,el número de interconexiones en el cerebro y su fuerza, disminuye… y esos cambios físicos en el cerebro derivan en el aspecto biológico de la depresión…hacer cosas que físicamente cambien el cerebro puede permitir que éste regrese a la morfología que se identifica en personas que no tienen este padecimiento.

Hay una línea de investigación, dirigida precisamente por la Dra. Helen Mayberg que me resultó súper interesante que precisamente se enfoca en los cambios físicos medibles en el cerebro.

Dije antes que el diagnóstico de la depresión no se hace con ninguna herramienta de medición física… pero sí hay investigadores que han desafiado esto y que han hecho el esfuerzo de integrar al estudio de la depresión estrategias de neuroimagen como la tomografía por emisión de positrones (PET), formas de Resonancia Magnética nuclear, electroencefalogramas y otras… buscando definir los mecanismos cerebrales y dónde en el cerebro ocurren los cambios que permiten distinguir, físicamente, un cerebro de alguien con esta enfermedad de alguien que no la sufre.

Un tratamiento propuesto por Mayberg y sus colegas implica colocar mediante cirugía,  electrodos en el cerebro de pacientes gravemente deprimidos, en la llamada área 25 de Broadmann, que es un nodo en una red mucho más distribuida. Ella relata en una conferencia, cómo los pacientes se mantenían despiertos durante el procedimiento y podían hablar con ellos todo el tiempo para saber si literalmente sentían algún cambio…. Casi como si fuera magia, describe cómo al estimular uno de los electrodos, la paciente en ese mismo momento expresa que de repente se siente tranquila… trataba de encontrar las palabras para decir que de alguna manera este enorme vacío intenso de negatividad que tenía sufriendo 5 años, súbitamente había desaparecido.

Cuando los investigadores cesan la estimulación, la paciente dice: bueno, tal vez sólo lo imaginé

Este estudio, de estimulación cerebral profunda… tengo la impresión de que en este momento no está avanzando… pero al final de toda esta revisión, las buenas noticias son que a pesar de que este es un tema muy complejo y no entendemos completamente aún cómo se interrelacionan todas las variables, hay distintos tratamientos e intervenciones que han probado diferentes niveles de eficacia. Una persona con esta afección puede hoy probar terapia cognitivo conductual y al mismo tiempo realizar ciertos cambios en su dieta, practicar meditación de tipo mindfulness, mejorar la higiene del sueño, evitar la bebida y otros. 

Inclusive desde el punto de vista farmacológico, hay investigaciones recientes que sugieren el uso de otras sustancias que pueden asistir en la plasticidad cerebral como alternativas a los antidepresivos que mencioné antes.

Hay mucho aún por aprender y explorar.

Referencias

Akbari, H., Sadiq, M., & Rehman, A. U. (2021). Classification of normal and depressed EEG signals based on centered correntropy of rhythms in empirical wavelet transform domain. Health information science and systems, 9(1). https://doi.org/10.1007/s13755-021-00139-7

Bschor, T., Bonnet, U., Pitzer, M., Baethge, C., Lieb, K. P., Gertz, H., & Müller-Oerlinghausen, B. (2022). Absetzen von Antidepressiva – Absetzsymptome und Rebound-Effekte. Nervenarzt, 93(1), 93-101. https://doi.org/10.1007/s00115-021-01243-5

Cartwright, C., Gibson, K., Read, J., Cowan, O., & Dehar, T. (2016). Long-term antidepressant use: patient perspectives of benefits and adverse effects. Patient Preference and Adherence, Volume 10, 1401-1407. https://doi.org/10.2147/ppa.s110632

Cheng, Z., Su, J., Zhang, K., Jiang, H., & Li, B. (2022). Epigenetic Mechanism of Early Life Stress-Induced Depression: Focus on the Neurotransmitter Systems. Frontiers in Cell and Developmental Biology, 10. https://doi.org/10.3389/fcell.2022.929732

Dankoski, E. C., Agster, K. L., Fox, M., Moy, S. S., & Wightman, R. M. (2014). Facilitation of Serotonin Signaling by SSRIs is Attenuated by Social Isolation. Neuropsychopharmacology, 39(13), 2928-2937. https://doi.org/10.1038/npp.2014.162

Dunn, E. C., Brown, R. E., Dai, Y. G., Rosand, J., Nugent, N. R., Amstadter, A. B., & Smoller, J. W. (2015). Genetic Determinants of Depression. Harvard Review of Psychiatry, 23(1), 1-18. https://doi.org/10.1097/hrp.0000000000000054

Erritzoe, D., Ashok, A. H., Searle, G. E., Colasanti, A., Turton, S., Lewis, Y., Huiban, M., Moz, S., Passchier, J., Saleem, A., Beaver, J. R., Lingford-Hughes, A., Nutt, D. J., Howes, O. D., Gunn, R. N., Knudsen, G. M., & Rabiner, E. A. (2019). Serotonin release measured in the human brain: a PET study with [11C]CIMBI-36 and d-amphetamine challenge. Neuropsychopharmacology, 45(5), 804-810. https://doi.org/10.1038/s41386-019-0567-5

Halverson, J. L., MD. (2025, 5 enero). Major Depressive Disorder. Medscape. Recuperado 7 de julio de 2023, de https://emedicine.medscape.com/article/286759-clinical#b4

Hamilton, J. H., Siemer, M., & Gotlib, I. H. (2008). Amygdala volume in major depressive disorder: a meta-analysis of magnetic resonance imaging studies. Molecular Psychiatry, 13(11), 993-1000. https://doi.org/10.1038/mp.2008.57

Horowitz, M., & Wilcock, M. (2021). Newer generation antidepressants and withdrawal effects: reconsidering the role of antidepressants and helping patients to stop. Drug and Therapeutics Bulletin, 60(1), 7-12. https://doi.org/10.1136/dtb.2020.000080

InformedHealth.org [Internet]. Cologne, Germany: Institute for Quality and Efficiency in Health Care (IQWiG); 2006-. Depression: How effective are antidepressants? [Updated 2020 Jun 18]. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK361016/

Kirsch, I. (2019). Placebo Effect in the Treatment of Depression and Anxiety. Frontiers in Psychiatry, 10. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2019.00407

MacQueen, G., & Frodl, T. (2010). The hippocampus in major depression: evidence for the convergence of the bench and bedside in psychiatric research? Molecular Psychiatry, 16(3), 252-264. https://doi.org/10.1038/mp.2010.80

Major Depression. (2022, enero). National Institute of Mental Health (NIMH). Recuperado 7 de julio de 2023, de https://www.nimh.nih.gov/health/statistics/major-depression

Matveychuk, D., Thomas, R. K., Swainson, J., Khullar, A., MacKay, M. B., Baker, G. B., & Dursun, S. M. (2020). Ketamine as an antidepressant: overview of its mechanisms of action and potential predictive biomarkers. Therapeutic Advances in Psychopharmacology, 10, 204512532091665. https://doi.org/10.1177/2045125320916657

Moncrieff, J., Cooper, R. E., Stockmann, T., Amendola, S., Hengartner, M. P., & Horowitz, M. (2022). The serotonin theory of depression: a systematic umbrella review of the evidence. Molecular Psychiatry. https://doi.org/10.1038/s41380-022-01661-0

Perret, L. C., Geoffroy, M., Barr, E., Parnet, F., Provencal, N., Boivin, M., O’Donnell, K. J., Suderman, M., Power, C., Turecki, G., & Ouellet-Morin, I. (2023). Associations between epigenetic aging and childhood peer victimization, depression, and suicidal ideation in adolescence and adulthood: A study of two population-based samples. Frontiers in Cell and Developmental Biology, 10. https://doi.org/10.3389/fcell.2022.1051556

PubChem. (s. f.). Serotonin. PubChem. Recuperado 7 de julio de 2023, de https://pubchem.ncbi.nlm.nih.gov/compound/serotonin

Read, J., Cartwright, C., & Gibson, K. (2018). How many of 1829 antidepressant users report withdrawal effects or addiction? International Journal of Mental Health Nursing, 27(6), 1805-1815. https://doi.org/10.1111/inm.12488

Ruiz, N. I. R., Del Ángel, D. S., Olguín, H. J., & Silva, M. L. (2018). Neuroprogression: the hidden mechanism of depression. Neuropsychiatric Disease and Treatment, Volume 14, 2837-2845. https://doi.org/10.2147/ndt.s177973

Sangkuhl, K., Klein, T. E., & Altman, R. B. (2009). Selective serotonin reuptake inhibitors pathway. Pharmacogenetics and Genomics, 19(11), 907-909. https://doi.org/10.1097/fpc.0b013e32833132cb

Selective serotonin reuptake inhibitors (SSRIs). (2019, 17 septiembre). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/depression/in-depth/ssris/art-20044825

TEDx Talks. (2015, 27 mayo). Examining depression through the lens of the brain | Dr. Helen Mayberg | TEDxEmory [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=KwHFHV9Jfd8

What Is Depression? (2020, octubre). American Psychiatric Association. Recuperado 7 de julio de 2023, de https://www.psychiatry.org/patients-families/depression/what-is-depression

World Health Organization: WHO & World Health Organization: WHO. (2023). Depressive disorder (depression). www.who.int. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/depression

Wray, N. R., Ripke, S., Mattheisen, M., Trzaskowski, M., Byrne, E. M., Abdellaoui, A., Adams, M. R., Agerbo, E., Air, T., Andlauer, T. F. M., Bacanu, S., Bækvad-Hansen, M., Beekman, A. T., Bigdeli, T. B., Binder, E. B., Blackwood, D., Bryois, J., Buttenschøn, H. N., Bybjerg-Grauholm, J., . . . Ng, B. (2018). Genome-wide association analyses identify 44 risk variants and refine the genetic architecture of major depression. Nature Genetics, 50(5), 668-681. https://doi.org/10.1038/s41588-018-0090-3

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *