Los ojos tiernos de los perritos y la evolución

¿Sabías que detrás de esta adorable expresión hay evidencia evolutiva?

Algunos les llaman: ojitos del gatito de Shrek, ojos de corderito, ojitos de borrego a medio morir -aunque aclaro que yo eso lo había escuchado para referirse a humanos enamorados-, ojos de cachorrito, ojos de santo pediche, ojos de anime, ojitos Remi… hasta ojitos de tlacuache aplastado, según un exalumno…

Son distintas formas de llamar esta expresión que muchos reconocemos.

La evolución del lobo al perro

Distintas fuentes sugieren fechas distintas para la domesticación del perro. Algunos ubican los primeros intercambios que convertirían al lobo, canis lupus, en perro, canis familiaris, hace unos 100,000 años ya que se han encontrado restos fósiles de lobos junto a restos humanos. Sin embargo, se ubica más la domesticación como tal hace unos 33,000 años. Desde entonces, los procesos de selección han moldeado anatomía, comportamiento… y han convertido a los perritos en nuestros mejores amigos.

Los perros probablemente comenzaron este proceso por accidente, cuando los lobos comenzaron a seguir a los antiguos cazadores-recolectores para comer su basura. Los lobos más dóciles quizás recibieron sobras de comida extra, sobreviviendo mejor y transmitiendo sus genes. También es posible que cazaran juntos, humanos y lobos, siendo esto útil para ambos. Estos lobos amistosos eventualmente se convirtieron en perros.

La más notable entre las adaptaciones de comportamiento de los perros, es su capacidad para leer y utilizar la comunicación humana de formas que otros animales no pueden. 

Como cuando notas que tu perro se escondió porque se dio cuenta que estás preparando las cosas para su baño…

Los perros son hábiles en el uso de señales comunicativas humanas, como señalar gestos o la dirección de la mirada… habrás notado que le puedes indicar la dirección donde hay una croqueta o un juguete y lo interpreta correctamente… en esto son mucho más hábiles que los parientes vivos más cercanos del ser humano: los chimpancés, y también más hábiles que SUS parientes vivos más cercanos, los lobos.

De hecho los cachorros de perro, desde una edad temprana y sin recibir ningún entrenamiento importante, ya siguen los gestos humanos.

Quizás, esta comunicación pudo tener una ventaja evolutiva si los humanos y lobos cazaban juntos, pues entender gestos y señas sería una ventaja estratégica.

Los perros también son muy sensibles a los estados de atención de los humanos en el sentido de que parecen entender cuando un humano los está mirando y por ejemplo, evitarán robar comida cuando el humano tiene los ojos encima del objetivo, pero quizás sí lo haga si está de espaldas a ellos.

Investigaciones recientes sugieren que el contacto visual entre humanos y perros es crucial para la interacción social que tenemos con ellos. Los perritos, pero no los lobos, buscan nuestro contacto visual cuando no pueden resolver un problema ellos mismos… como cuando se les va un juguete debajo del sillón y ya no lo alcanzan… y quieren tu apoyo.

El contacto visual también ayuda a los perros a saber cuándo la comunicación es relevante y dirigida a ellos, en algunas investigaciones se ha encontrado que los perros tienden a ignorar los gestos humanos cuando los ojos de los humanos no les son visibles.

Los perros, pero no los lobos, parecen estar motivados a establecer contacto visual con humanos desde una edad temprana, y la motivación de los perros para establecer contacto visual con humanos parece ser un indicador del nivel de apego entre nosotros. La mirada mutua entre perros y humanos parece ser un sello distintivo de la relación única entre ambas especies.

Esta mirada mutua parece conducir a un ciclo de retroalimentación de oxitocina análogo al que existe entre las madres humanas y los bebés. La oxitocina tiene un papel fundamental durante las conductas afiliativas en los mamíferos y durante el inicio de la conducta materna y el apego madre-hijo.

De manera similar, la mirada mutua entre perros y humanos parece desencadenar un aumento de oxitocina en ambas especies, lo que luego aumenta la motivación para establecer de nuevo contacto visual. Como este bucle de oxitocina se puede encontrar en perros y humanos, pero no entre el pariente vivo más cercano de los perros (el lobo) y los humanos, los procesos de selección durante la domesticación deben haber jugado un papel importante en el que los perros secuestraron la respuesta de cuidado humano.

El escenario evolutivo más probable es que el antepasado de los perros debió tener  características expresadas que provocaron una respuesta de cuidado de los humanos. Los humanos entonces, consciente o inconscientemente, favorecieron y fueron seleccionando por esas características, lo que condujo a adaptaciones que vemos en los perros de hoy.

La selección de rasgos que facilitan el contacto visual entre perros y humanos podría haber llevado a 

  1. diferencias anatómicas en la musculatura facial alrededor de los ojos entre perros y lobos y 
  2. diferencias de comportamiento entre las especies en términos de cómo usan estos músculos para promover el contacto visual. 

Los humanos favorecen a los perros que muestran características anatómicas semejantes a las de un bebé como una frente grande, ojos grandes, etc., a estos se les llaman “rasgos pedomórficos”, o sea, como de bebés humanos. En estudios en los que se pide a las personas que seleccionen imágenes que presentan caras de perros o gatos, las personas prefieren las caras que presentan estos rasgos, sobre otras. Inclusive algunos científicos especulan que el jugueteo de los perritos pudiera ser un rasgo pedomórfico que los humanos hemos favorecido. Preferimos perritos juguetones que agresivos.

Los rasgos faciales pedomórficos pueden exagerarse aún más con los movimientos de los músculos faciales, particularmente en los ojos. 

El levantamiento de ceja

Waller y colaboradores demostraron que un movimiento específico de los músculos faciales alrededor de los ojos parece ser particularmente atractivo para los humanos. Le llamaron movimiento AU101: y describe el levantamiento interno de la ceja.

Este movimiento hace que los ojos parezcan más grandes, por lo tanto, más infantiles y potencialmente más atractivos para los humanos. Esta elevación interna de la ceja también se asemeja a un movimiento facial que los humanos producen cuando están tristes… lo que potencialmente provoca una respuesta cariñosa en los humanos.

El estudio mostró que los perros que producen más este movimiento facial fueron adoptados más rápidamente que aquellos que producían el movimiento con menos frecuencia, lo que sugiere que la producción de este movimiento ocular les da a los perros una ventaja de selección potencial. 

Fuente: Evolution of facial muscle anatomy in dogs | PNAS

El músculo que permite hacer este gesto, el elevador del ángulo oculi medialis (LAOM, por sus siglas en inglés) está presente de forma rutinaria en los perros mientras que en los lobos grises, solo hay fibras musculares rodeadas por una gran cantidad de tejido conectivo, y si acaso un tendón. Por ello, los lobos tienen menos capacidad para levantar la esquina interna de sus cejas de manera independiente a cuando entrecerrieran los ojos, esta es la base anatómica de la diferencia en la expresión del movimiento AU101.

Otros músculos que se ha encontrado con diferencias entre nuestros perros y los lobos, es el músculo retractor anguli oculi lateralis (RAOL, por sus siglas en inglés), que sí está presente en los lobos grises pero es más fino que en el perro doméstico, este músculo tira de la esquina lateral de los párpados hacia las orejas. El único perro que no se identificó con esta diferencia fue el husky siberiano, que de hecho pertenece a las razas de perros más antiguas y más estrechamente relacionadas con los lobos. 

También es posible que el movimiento AU101 sea muy importante en el vínculo perro-humano no solo porque podría provocar una respuesta cariñosa, sino porque podría tener una función en las interacciones comunicativas.

En los humanos, los movimientos de las cejas se consideran parte de un conjunto de señales, llamadas señales ostensivas, que son de particular importancia durante las interacciones comunicativas. En los humanos, los movimientos de las cejas parecen ser particularmente relevantes para aumentar la prominencia percibida de las palabras… como si fueran una especie de acento en gestos. Durante las interacciones comunicativas, los observadores parecen prestar especial atención al área facial superior. Los humanos prefieren enunciados en los que los movimientos de tono y cejas están alineados en la misma palabra: reducen la importancia de las palabras sin acentos y lo aumentan en las palabras con acento de cejas.

Las señales ostensivas, como los movimientos de las cejas, se consideran particularmente relevantes en el contexto pedagógico cuando los bebés están aprendiendo algo de otros como, por ejemplo, el significado de las palabras. La hipótesis es que los humanos están específicamente adaptados para estar atentos a este tipo de señales y que esta es una característica exclusivamente humana.

Pero podría ser que los humanos seleccionaran, consciente o inconscientemente, a los perritos con movimientos más exagerados de las cejas, al percibirles también como marcadores durante las interacciones comunicativas. Los perros parecen ser seleccionados específicamente por responder (y atender) interacciones comunicativas con humanos, los movimientos flexibles de las cejas en los perros podrían haber sido un producto secundario de ese proceso de selección.

Una hipótesis alternativa podría ser que los movimientos AU101 más exagerados son atractivos para los humanos porque exponen las partes blancas de la esclerótica en los ojos de los perros. Los humanos, a diferencia de otros primates que tienen ojos que camuflan la mirada, tienen una esclerótica blanca visible. Existe la hipótesis de que la despigmentación y visibilidad de la esclerótica humana es una adaptación para apoyar las interacciones cooperativas sociales y comunicativas (esto se llama “hipótesis del ojo cooperativo”), ya que ayuda a indicar la dirección de la mirada de manera mucho más destacada. De hecho, existe evidencia experimental de que los humanos tienen preferencia por interactuar con objetivos con una esclerótica blanca visible. Se le ha presentado a participantes de experimentos una serie de animales de peluche, que solo variaban alrededor de los ojos en tamaño, color y presencia de esclerótica blanca. En el experimento que refiero, se encontró que los niños y los adultos prefieren significativamente más a los animales con una esclerótica visiblemente blanca sobre otros objetivos.

Estas son buena parte de las ideas que buscan explicar cómo ellos se convirtieron en nuestros acompañantes incondicionales y nosotros… en sus fuentes de comida y caricias.

Referencias

Becker, R. (2017, July 18). Prehistoric fossils suggest modern dogs evolved from a single population of wolves. Retrieved from https://www.theverge.com/2017/7/18/15992572/dog-genetics-archaeology-fossils-evolution-domestication-wolves

Evolution: Library: Evolution of the Dog. (n.d.). Retrieved from https://www.pbs.org/wgbh/evolution/library/01/5/l_015_02.html

Kaminski, J., Waller, B. M., Diogo, R., Hartstone-Rose, A., & Burrows, A. M. (2019, July 16). Evolution of facial muscle anatomy in dogs. Retrieved from https://www.pnas.org/content/116/29/14677

Marshall-Pescini, S., & Kaminski, J. (2014, May 02). History and Evolution. Retrieved from https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780124078185000012?via=ihub

Imágenes usadas en el video con licencia CC

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